miércoles, 13 de noviembre de 2013

TORINOS CON SED... MUCHA SED


Del anecdotario de Valerio Tobaldo
Torinos con Sed… mucha sed
En una ocasión, que había llovido muchísimo en el sur de Córdoba, se habían inundado tanto los caminos reales y los vecinales que, algunos tramos, habían formado lagunas extensas y profundas.
Veníamos a caballo  con el capataz del campo, Gregorio Baigorria; tal era la profundidad del agua, que había partes en que el agua llegaba hasta las “verijas” de los caballo, a tal punto que teníamos  que  sacar  de los  pies  de los estribos y levantarlos a fin de no mojarnos, y con el peligro de que  los caballos metieran las manos en un pozo y nos dejaran “culo para arriba como botellas de jardín”
De pronto, divisamos a lo lejos que venía un coche dando coletazos, aunque avanzaba despacio. Lo reconocimos  a la  a la distancia, era don Miguel Ángel Villaverde, hijo de un español ya fallecido que había heredado de su padre y este a su vez  del suyo un campito de 150 hectáreas.
Tenía un tambo propio, era chico  y lo  explotaban  familiarmente él y sus dos  hijos, de unos 16 y 17 años aproximadamente. Además criaba cerdos y vendía lechones;  muchas gallinas y pavos;  vendía huevos y pollos y además la madre hacía la huerta. Lo principal era el  tambito propio, que en verano sacaba unos  300 litros de leche  y en verano menos .Una vez que destetaba (separar las madres de los terneros) al cabo de un mes vendía todos los machos y  junto con ellos las  terneras, cuyas madres, ya sean por viejas o por otro motivo ya no producían. También vendía las  terneras hembras, cuyas madres  eran de poca  producción lechera. ,
Resumiendo: vendía todos los terneros machos, las vacas viejas o enfermas y las terneras cuyas madres no eran de buena producción, quedándose con las terneras seleccionadas como futuras madres. Vendía los toros cada dos años y compraba los nuevos en cabañas de reconocido prestigio. Manejaba el tambo de una manera perfecta y algunos años hacía un lotecito de trigo para cosecha; todos los años hacía unos 100 fardos de alfalfa.        .
Volviendo a la historia
Lo conocíamos  a Don Miguel  , un hombre que siempre  había tenido coche,  últimamente, como estaban de moda los torinos , sus hijos, para lucirse en el pueblo, le hincharon las guindas hasta que entregó el que tenía y se compró una “Coupé  Torino” usada, pero en muy buenas condiciones; fue la época del furor del los torinos  ´
Todos os domingos por la tarde, la familia iba al pueblo a lucir su coche.
Cuando nos cruzamos con el, en un lugar con menos agua, paró el coche, nos saludó y el Negro Baigorria le dijo:
_ Don Miguel no siga, mire que más adelante las lagunas son hondas.
Don Miguel, como burlándose y con un dejo de orgullo le dijo:
_Quédate tranquilo, Negro, yo con este motorcito de mi Torino  de 180 caballos de fuerza no hay agua ni barro que me pare.
Nos saludamos y seguimos viaje. No habíamos  andado ni siquiera 300 metros cuando mirando para atrás, y el Negro Baigorria me dijo:
_Don Miguel esta metido hasta la cintura en el agua.
Volvimos hacia donde estaba él y antes de preguntar nada, el Negro Baigorria con toda la gracia y viveza criolla  le preguntó:
_ ¿DON MIGUEL NO LE ESTARÁ DANDO  AGUA A SU TROPILLA DE 180 CABALLOS?

Don Miguel  ni siquiera nos miró, tampoco nos contestó  contestó, pero intuimos  la procesión de “puteadas” que nos dedicó en silencio. 

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