sábado, 23 de noviembre de 2013

LA PERSEVERANCIA... SIEMPRE DA SUS FRUTOS



Del anecdotario de Valerio Tobaldo

La perseverancia…siempre da sus frutos

En mis tiempos de estudiante y luego de mis 54 años de  trabajo en el campo, aprendí a incorporar varias virtudes, que deben enriquecer al ser humano, especialmente si se tiene a cargo personas con distintos niveles culturales.
Algunos aprenden lo que les enseñas en las primeras explicaciones y lo ponen en práctica  de una manera inmediata, otros demoran más y al final lo entiende y hay otros, que, por más empeño que pongas da la impresión que estás perdiendo el tiempo.
En mi trabajo en el campo lo he comprobado muchas veces, aquellos que a uno le  parece que entienden,  no lo hacen, no porque no lo comprendan, sino por timidez o miedo a equivocarse; estoy convencido que internamente asimilan lo que les explicas, pero no saben expresarlo, por la razón que sea.  A propósito de este asunto, recuerdo a un Profesor de Filosofía, que tenía en el seminario, el señor Pascual  Amengual, quién nos dio una charla didáctica con un objeto demostrativo a fin de que con el ejemplo lo entendiéramos  mejor: nos dijo :
_ Yo tengo en mis manos una típica canasta de verdulero, que estaba guardada en el sótano hace muchos años, toda llena de telarañas y polvo, y estamos cerca de un río, entonces elijo a cualquiera de ustedes  que vaya al río y me la traiga llena de agua. Al que mando va ir, aunque que piense “este tipo está  loco” Vuelve con la canasta vacía y lo vuelvo a enviar varias veces más; insisto,  va por que lo mando. Después de varias veces de llevar a cabo la misma operación, le preguntó ¿Esa es  la misma canasta que te entregué yo? Y el me va responder que si.
Pero no es así, no es la misma canasta, porque está completamente limpia.
Con mucha sabiduría práctica nos enseñó que aunque no veamos los cambios  exteriores y aparentes en ese ser humano, sí ha asimilado en su interior, solo falta que le demos la confianza  y la seguridad para que él sepa que no es un ser diferente a los demás, por lo tanto tiene todas las posibilidades de lograrlo. La manera es acompañarlo por un camino a lo largo del cual vaya descubriendo sus virtudes y antes cualquier tropiezo,  no se le debería decir
 “que otra cosa se puede esperar de ti” sino “me extraña que lo  hayas hecho así, si tu tienes  la capacidad para hacerlo de la otra manera,
Yo puedo dar muchos ejemplos experimentados durante mi trabajo en el campo sobre muchas personas ineficientes a causa de su timidez o de su miedo,  y  puedo decirles, sin temor a equivocarme que cuando se les hace perder esos miedos se transforman en seres eficientes, muy buenos empleados
Yo les aconsejo que cuando uno descubre a una persona franca y buena, para integrarla hace falta mucha, perseverancia, perseverancia, perseverancia  en su trato para el bien de la empresa y del obrero o empleado mismo.    


No hay comentarios:

Publicar un comentario