VALERIO
TOBALDO
SUS
RAICES, SUS ANTEPASADOS
SU
TRABAJO
(Segunda Parte)
Capitulo XIX
Mi trato con el personal
Luego de 54 años ( 1950- 2004 )
de trabajar en el campo , siento la necesidad
de reconocer a esa multitud de gente
que me acompañó durante esos años de mi vida iniciada como cadete
,segundo Mayordomo , Mayordomo y como Asesor, aunque no lo llamaría así, sino simplemente poner a disposición de la firma
con quién había trabajado, toda mi experiencia en el campo y en la Administración (
escritorio ) acumulada durante tantos años y en distintos rubros
A mis superiores debo
agradecerles haberme puesto en comunicación constante con técnico, ingenieros;
personas especializadas y conociendo al día todos los cambios que se iban
efectuando en el Campo, avanzando a paso acelerado en todos los rubros. Si no te subías al tren
del progreso, en muy poco tiempo la técnica te pasaba por arriba
Una pregunta que me hice siempre
¿cual es la importancia de saber
administrar al personal que trabaja en el Campo y a tus ordenes?
Mis principio con la gente
humilde, que trabajaba en cualquier rubro: tamberos, peones generales,
puesteros , tractoristas, debía comportarme como un Mayordomo con mando, pero
también como persona humana,. Hablaba con ellos para que hicieran sus trabajos
como debía ser, como lo establecen las políticas de la empresa y el esfuerzo de todos debían
estar enfocado en los objetivos de la
propia empresa.
El ser Mayordomo no es solo
mandar. También debe comprender que su personal son seres humanos y con distintos niveles de
educación; que pueden cometer errores y no todo se soluciona con el despido. Manejar
personal es muy complejo, por la diversidad de las personalidades, como el
empleado rebelde que le cuesta recibir
órdenes, otros que dicen que trabajan más que sus compañeros y ganan
igual.
Al Mayordomo le sigue el
capataz, aunque al final, y pese a la jerarquía existente, todos formamos un
solo equipo y que lo principal es no tomar partido por alguno en especial. El
hombre de campo es muy sensible y si s siente discriminado reacciona
de inmediato.
El Mayordomo debe interesarse
con su personal, no solo en lo laboral, sino también interesarse por su
familias, visitar sus casas, ver la necesidades de las familias, colaborar para
que sus hijos vayan al colegio; si hubiera alguien enfermo, de inmediato debe
enviarlo al médico,.
A sus segundos y capataces se les
debe exigir que informen de las anomalías del campo en el rubro que ellos sean
responsables y del personal a su mando. Si son problemas que los puedan
resolver entre ellos, lo deben
solucionar en su ámbito y luego comunicarlo al Mayordomo e informar si fue o no
solucionado.
El Mayordomo debe pensar que el
destino en la vida lo puso en esa posición, a sabiendas de ello, debe obrar con
la consideración oportuna que antes que nada son personas con necesidades,
luego peones.
Esos fueron siempre mis
principios y mi manera de obrar y si
desde algo tuviera que arrepentirme
sería no haber podido en algunas ocasiones, que no dependían de mí, ser más
solidario con el personal a mi mando.
Todos mi agradecimiento, porque ellos me enseñaron lo dura es la vida cuando
se tiene tan poco para enfrentarla.
Quiero remontarme
a la época de los tambos ordeñados a mano y que no tenía fiestas ni en
Navidad o Año Nuevo. Trabajaba toda la familia: el marido la esposa (aunque
estuviera embarazada) sus hijos varones y mujeres, que estuvieran en condiciones de ayudar a
hacer el tambo. No importaba si lloviera o hiciera mucho calor, el tambo si o
si debía hacerse todos los días.
Recuerdo ver mujeres embarazadas
entre el barro, ordeñando en
baldes de 20 litros
y llenar los tarros lechero que luego llevarían a la fábrica.
En la recorrida por los tambos
veía el sacrificio de esas familias que habían
tenido la suerte de encontrar un tambo donde
se ganaba bien, pero ese bien lo ganaban trabajando toda la familia ,
El tambero, por lo general, realizaba sus tareas en el tambo durante el día,
y se iba al pueblo a la tardecita, concretamente al boliche donde se juntaba con otros. Y al final terminaban
jugando; en muchas oportunidades perdían el dinero que no era solo de ellos sino de toda la familia.
Dije de las embarazadas y no pocas ordeñaban hasta
bastante adelantado su embarazo.,
Voy a contar una anécdota de la
esposa de un tambero, que trabajaban en el campo donde yo era Mayordomo. El
marido había trabajado de peón en la estancia y se puso de novio con la hija
de un tambero que viví muy cerca
de nuestra casa.
Después de casados, le dimos un tambo,
que lo hacían solos entre los dos cuando se sacaba poca leche y ocupaban un
peón cuando el tambo producía más; en esa época ordeñaban ella y el
marido. Muchas veces mi esposa le había
dicho a la Chuchi ,
sobrenombre de la chica, que dejara de ordeñar que ya en ese estado era muy
peligroso.
Una mañana a las 6 de la mañana
, me golpean la ventana del dormitorio, yo estaba solo, mi esposa estaba en
Canals porque había nacido nuestro segundo hijo.
Lo atiendo y era el Tono, esposo
de la Chuchi ,
Le pregunté que le pasaba y me
dijo: “No sé que le pasa a la Chucho , desde las dos de la mañana que se queja que le
duele la panza, luego se le pasa y al rato le viene el dolor otra vez. Ahora ya se queja continuamente. Yo fui a la
casa de mi padre para que un hermano me ayude a terminar el tambo ¿Usted podrá
llevar a la Chuchi
al Médico?”
Yo me di cuenta que eran los
dolores del parto, pero no a tal punto. Enseguida salí a buscarla al tambo para
llevarla al médico. Cuando llegué me di
cuenta que era cierto lo que yo
pensaba. Salimos para el pueblo, ella
se quejaba continuamente y yo muy asustado, como dicen los criollos “con un cagazo bárbaro “pensaba ¿Que
hago yo si esta mujer tiene familia en el Jeep? Le decía constantemente “Chuchi, por favor aguantá que enseguida llegamos” Creo que
recé las letanías a de todos los santos
habidos y por haber. Ella se notaba que no aguantaba más y se agarraba de los hieros
de la capota del jeep, Se quejaba y yo le repetía aguantá…aguantá…
Por fin en tiempo record,
llegamos a la casa del médico, toqué timbre y el doctor salió en piyama. Le
conté lo que estaba sucediendo, entonces él se
acercó al Jeep, abrió la puerta, miró al piso y me dijo “ya
rompió la bolsa de agua, hay que llevarla enseguida al hospital; yo aviso por
teléfono y enseguida voy”
Cuando llego al Hospital había
tres enfermeras con una camilla en la vereda esperándonos. La parturienta no
llegó siquiera a la sala de parto. Tuvo familia
en la sala de guardia. Con la fuerza que ella hacia para no parir en el Jeep,
la criatura nació y enseguida tuvieron que darle oxigeno. Cuando llegó el doctor,
la llevaron a una pieza para internarla y al recién nacido lo pusieron en una
incubadora. Luego el médico entro donde estaba internada la madre y le dijo que
el nene estaba bien,
Yo me quedé esperando noticias
para informarles al padre de la criatura y a los padres de la Chucho. Al salir el medico de la pieza me dijo: “Es ocho - mesino. Esta mujer me contó que
hace unos días se cayó en el corral y con el golpe la criatura dio una vuelta
de campana y quedó en posición e nacer.- De buena se salvó, Valerio. Lo
quisiera ver como se las arreglaba si paría en el coche”
Primero le avisé al padre de la
criatura, luego me fui al tambo de los padres de ella, y cuando le di la noticia a Doña Raquel, así
se llamaba la madre de la Chuchi ,
contó con los dedos y llegó hasta ocho y desesperada gritó “Estos
desgraciados me jodieron, yo que tanto
la cuidé, mire lo que me hizo, viene y tiene el chico a los ocho meses ¡ya me van a oír!” Cuando le aclaré que el bebe era ocho -
mesino no me creyó, me dijo “Mentira me
jodieron una vez, pero este cuento no lo creo”
Yo hasta el día de hoy pienso que
hubiera hecho con la parturienta si hubiera parido en el Jeep.
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