miércoles, 9 de octubre de 2013

SANTA MARÍA: PREPARANDO MI PRIMER PLAN AGRICULTOR



VALERIO TOBALDO
SUS ORÍGENES, SUS ANTEPASADOS.
CÓMO SU FAMILIA FORMÓ PARTE DE LA INMIGRACIÓN ITALIANA PROCEDENTE DE VICENZA, REGIÓN DEL VENETO

CAPITULO XIV


No mencioné anteriormente que la estancia Las Tres Lomas como San Miguel estaban situadas en un pueblito de la provincia de Buenos Aires llamado Tedín Uriburu.

Con este inesperado cambio de campo, mi destino seguía siendo dentro de la misma provincia entre los pueblos de Roque Pérez y Lobos.
El campo llamado Santa María, era propiedad de la señora Dolores Blaquier de Vianini, y lo componían otros dos campos pequeños, El Bañadero, cercano a Roque Pérez, y El Cañadón en Ariel, en la zona de Tapalqué.
Al historial de este campo lo podríamos dividir según dos tipos de explotaciones y lo haré en forma separada.
El campo que era el centro de la explotación y que le daba su nombre, Santa María, había sido netamente tambero. Lo que en su tiempo fue la casa principal del casco estaba muy deteriorada, en ruinas. Únicamente quedaba la casa del personal y la del mayordomo, el galpón, el escritorio, una pieza con baño pegada al escritorio, y bajo un tinglado cuatro silos para almacenar cereales.
El Bañadero era un campo agrícola-ganadero a 10 kilómetros de Santa María, muy cercano a Roque Pérez, donde no había personal en ese momento pero tenía un puesto en muy buena condiciones.
Y por último, El Cañadón, un campo de cría cercano a Tapalqué con un puestero. Campo que recibiría varios meses después.
Por circunstancias que ignoro cuando Iñaki se hizo cargo de la administración del campo acordaron con la dueña que la única salida para soluciona todos los problemas financieros era rematar los tambos y dedicarse a la agricultura. Los compromisos apuraban. Se fijó fecha de remate, para lo cual se construyeron cien corrales de madera de 4 por 4 metros para encerrar la hacienda a rematar según sus categorías. Dado la calidad de la hacienda el remate fue un éxito. 

Instalados ya en nuestra nueva residencia y con el gran deseo de poner todos mis conocimientos en juego, me pusieron muy feliz las palabras de Iñaki en el escritorio: “vamos a sembrar mucho maíz”. Presentí que era el momento de disfrutar de mi verdadera vocación.
El día 12 de Diciembre de 1974 me hice cargo del campo, me lo entregó un inspector de apellido Nogués, ayudante de Iñaki. Y digo entrega aunque recorrimos un poco el campo y no se hizo recuento de la hacienda que en ese momento había.
Lo urgente era cosechar 50 hectáreas de trigo para lo que ya se tenía la máquina cosechadora contratada y acordado todo lo concerniente a la entrega del cereal a la firma acopiadora Salas y Russo.
Empezamos la cosecha el día 17 y en dos días se terminó y se entregó el cereal.
En ese momento, lo que más me preocupaba era conocer el campo a fondo y hacer el recuento de hacienda. En existencia, un lote de 600 vaquillonas que estaban en Santa María transitoriamente, que al mes siguiente se llevaron al campo al cual estaban destinadas. También había un pequeño lote de terneros y vacas destinados a El Bañadero.
Ya en Mayo, en la primera inspección de Iñaki, se elaboró el Plan de Siembra y el resto de los trabajos. Se decidió sembrar todo Santa María de maíz, El Bañadero de pastura y se dejaría el resto para llevar la hacienda que no estaba en condiciones de venderse.
Recuerdo que uno de los trabajos urgentes que se asentó en el Libro de Órdenes fue hacer una pista de aterrizaje ya que Iñaki se trasladaba en su avión particular. Eligió el lote donde debía hacerla, me anotó las medidas de largo y ancho, y orientación; y para probarla me dijo: “Si la camioneta a 100 kilómetros se desliza bien, la pista está en condiciones”. Antes de irse, fuimos al lote y me indicó la dirección exacta.
También dejó anotado que las 600 vaquillonas debían llevarse a El Bañadero y que él procuraría que las retiraran lo más pronto posible ya que era una hacienda que tenía en sociedad la dueña del campo con otra persona.
También se señaló la necesidad de buscar otros contratistas ya que con el nuevo plan de siembra serían imprescindibles…caía de maduro.
Agrego unos detalles que considero importantes, con muy buen criterio y yo diría necesario, Iñaki quería que la siembra se efectuara a fin de poder cosechar el maíz bastante más húmedo que lo habitual; el grado de humedad del maíz para no pagar secado es de 14º y su idea era comenzar a cosechar con 25º. A primera vista parecía una locura, pero a esto ya lo había conversado con el acopiador Salas y Russo. Venderían el maíz a los criaderos de pollos que había muchos en la zona. 
Cosechar el maíz con tanta humedad también le convenía al acopiador ya que para su flota de cinco camiones, que en esa época del año estaba prácticamente parada, con esta cosecha se le abría una nueva fuente de actividad. La planta de silos también estaba vacía y su secadora parada. Sumando todos estos factores tanto para los acopiadores como para el campo las conveniencias eran mutuas.
Aclaro que en la zona el maíz casi no se sembraba.
Las semillas de maíz elegidas fueron los híbridos del semillero Cargill 120, 140 y 160, de grado chato uno. Los números marcan los ciclos y épocas de siembra, datos necesarios para una buena planificación o programación, como quieran llamarla. 
Una aclaración a fin de entender las clasificaciones de las semillas, la semilla de maíz se identifica como chato o redondo por la forma de sus granos. Los redondos son los de la punta de la espiga y los chatos, de la parte de abajo. Los números 1, 2 y 3 se refieren al tamaño del grano; mientras más chica es la semilla de cualquiera de las dos formas entra más cantidad en el kilo. Conociendo estos datos de las semillas que entran por kilo y determinando la cantidad de granos a sembrar por hectárea se saben los kilos de semilla a comprar. Económicamente nadie ignora que mientras más grande es la semilla más costosa es la siembra. Sin embargo ante condiciones de falta de lluvias u otras inesperadas, la semilla más grande tiene más defensas para enfrentarlos, especialmente en su germinación.
El semillero le había dado todos estos datos a Iñaki con el peso específico, el poder germinativo y la cantidad de semillas por kilo. Estos factores fueron los que se tomaron en cuenta.

En el orden familiar y con respecto a nuestros hijos, Patricia seguía en Estados Unidos para regresar en Agosto de ese año. Y Daniel, en el colegio de Tandil. Gustavo y Valeria en colegios de Lobos.

Lo primero que hice fue conseguir mediante la Intendencia Municipal de Lobos una motoniveladora y un rolo compactador a fin de de hacer la pista de aterrizaje. El Jefe de Vialidad aceptó mi solicitud a cambio de un coste que se estimaría en horas de trabajo y de darle la comida al peón. 
Resueltos éste y otros problemas menores, de inmediato me puse a trabajar en la planificación de la cosecha que era lo prioritario.
Para empezar, visité a los dueños de máquinas cosechadoras y les planteé si era posible una cosecha de maíz de 25º de humedad. Al primero que visité fue al Sr. Pesaresi que me dijo que era cuestión de graduar la máquina y que pensaba que no habría inconvenientes. Hablé también con el Sr Coltrinari que tenía cuatro cosechadoras, y me comentó lo mismo.
Al enterarse de la demanda, varios contratistas visitaron Santa María ofreciendo sus servicios por lo que la disponibilidad de maquinaria no sería un problema.

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