VALERIO TOBALDO
SUS ORÍGENES, SUS
ANTEPASADOS.
CÓMO SU FAMILIA
FORMÓ PARTE DE LA
INMIGRACIÓN ITALIANA PROCEDENTE DE VICENZA, REGIÓN DEL VENETO
CAPITULO XIV
No mencioné
anteriormente que la estancia Las Tres Lomas como San Miguel estaban situadas
en un pueblito de la provincia de Buenos Aires llamado Tedín Uriburu.
Con este inesperado
cambio de campo, mi destino seguía siendo dentro de la misma provincia entre
los pueblos de Roque Pérez y Lobos.
El campo llamado
Santa María, era propiedad de la señora Dolores Blaquier de Vianini, y lo
componían otros dos campos pequeños, El Bañadero, cercano a Roque Pérez, y El
Cañadón en Ariel, en la zona de Tapalqué.
Al historial de
este campo lo podríamos dividir según dos tipos de explotaciones y lo haré en
forma separada.
El campo que era el
centro de la explotación y que le daba su nombre, Santa María, había sido
netamente tambero. Lo que en su tiempo fue la casa principal del casco estaba
muy deteriorada, en ruinas. Únicamente quedaba la casa del personal y la del
mayordomo, el galpón, el escritorio, una pieza con baño pegada al escritorio, y
bajo un tinglado cuatro silos para almacenar cereales.
El Bañadero era un
campo agrícola-ganadero a 10
kilómetros de Santa María, muy cercano a Roque Pérez,
donde no había personal en ese momento pero tenía un puesto en muy buena
condiciones.
Y por último, El
Cañadón, un campo de cría cercano a Tapalqué con un puestero. Campo que
recibiría varios meses después.
Por circunstancias
que ignoro cuando Iñaki se hizo cargo de la administración del campo acordaron
con la dueña que la única salida para soluciona todos los problemas financieros
era rematar los tambos y dedicarse a la agricultura. Los compromisos apuraban.
Se fijó fecha de remate, para lo cual se construyeron cien corrales de madera
de 4 por 4 metros
para encerrar la hacienda a rematar según sus categorías. Dado la calidad de la
hacienda el remate fue un éxito.
Instalados ya en
nuestra nueva residencia y con el gran deseo de poner todos mis conocimientos
en juego, me pusieron muy feliz las palabras de Iñaki en el escritorio: “vamos
a sembrar mucho maíz”. Presentí que era el momento de disfrutar de mi verdadera
vocación.
El día 12 de
Diciembre de 1974 me hice cargo del campo, me lo entregó un inspector de
apellido Nogués, ayudante de Iñaki. Y digo entrega aunque recorrimos un poco el
campo y no se hizo recuento de la hacienda que en ese momento había.
Lo urgente era
cosechar 50 hectáreas
de trigo para lo que ya se tenía la máquina cosechadora contratada y acordado
todo lo concerniente a la entrega del cereal a la firma acopiadora Salas y
Russo.
Empezamos la
cosecha el día 17 y en dos días se terminó y se entregó el cereal.
En ese momento, lo
que más me preocupaba era conocer el campo a fondo y hacer el recuento de
hacienda. En existencia, un lote de 600 vaquillonas que estaban en Santa María
transitoriamente, que al mes siguiente se llevaron al campo al cual estaban
destinadas. También había un pequeño lote de terneros y vacas destinados a El
Bañadero.
Ya en Mayo, en la
primera inspección de Iñaki, se elaboró el Plan de Siembra y el resto de los
trabajos. Se decidió sembrar todo Santa María de maíz, El Bañadero de pastura y
se dejaría el resto para llevar la hacienda que no estaba en condiciones de
venderse.
Recuerdo que uno de
los trabajos urgentes que se asentó en el Libro de Órdenes fue hacer una pista
de aterrizaje ya que Iñaki se trasladaba en su avión particular. Eligió el lote
donde debía hacerla, me anotó las medidas de largo y ancho, y orientación; y
para probarla me dijo: “Si la camioneta a 100 kilómetros se
desliza bien, la pista está en condiciones”. Antes de irse, fuimos al lote y me
indicó la dirección exacta.
También dejó
anotado que las 600 vaquillonas debían llevarse a El Bañadero y que él
procuraría que las retiraran lo más pronto posible ya que era una hacienda que
tenía en sociedad la dueña del campo con otra persona.
También se señaló
la necesidad de buscar otros contratistas ya que con el nuevo plan de siembra
serían imprescindibles…caía de maduro.
Agrego unos
detalles que considero importantes, con muy buen criterio y yo diría necesario,
Iñaki quería que la siembra se efectuara a fin de poder cosechar el maíz
bastante más húmedo que lo habitual; el grado de humedad del maíz para no pagar
secado es de 14º y su idea era comenzar a cosechar con 25º. A primera vista
parecía una locura, pero a esto ya lo había conversado con el acopiador Salas y
Russo. Venderían el maíz a los criaderos de pollos que había muchos en la zona.
Cosechar el maíz
con tanta humedad también le convenía al acopiador ya que para su flota de
cinco camiones, que en esa época del año estaba prácticamente parada, con esta
cosecha se le abría una nueva fuente de actividad. La planta de silos también
estaba vacía y su secadora parada. Sumando todos estos factores tanto para los
acopiadores como para el campo las conveniencias eran mutuas.
Aclaro que en la
zona el maíz casi no se sembraba.
Las semillas de
maíz elegidas fueron los híbridos del semillero Cargill 120, 140 y 160, de
grado chato uno. Los números marcan los ciclos y épocas de siembra, datos
necesarios para una buena planificación o programación, como quieran llamarla.
Una aclaración a
fin de entender las clasificaciones de las semillas, la semilla de maíz se
identifica como chato o redondo por la forma de sus granos. Los redondos son
los de la punta de la espiga y los chatos, de la parte de abajo. Los números 1,
2 y 3 se refieren al tamaño del grano; mientras más chica es la semilla de
cualquiera de las dos formas entra más cantidad en el kilo. Conociendo estos
datos de las semillas que entran por kilo y determinando la cantidad de granos
a sembrar por hectárea se saben los kilos de semilla a comprar. Económicamente
nadie ignora que mientras más grande es la semilla más costosa es la siembra.
Sin embargo ante condiciones de falta de lluvias u otras inesperadas, la
semilla más grande tiene más defensas para enfrentarlos, especialmente en su
germinación.
El semillero le
había dado todos estos datos a Iñaki con el peso específico, el poder
germinativo y la cantidad de semillas por kilo. Estos factores fueron los que
se tomaron en cuenta.
En el orden
familiar y con respecto a nuestros hijos, Patricia seguía en Estados Unidos
para regresar en Agosto de ese año. Y Daniel, en el colegio de Tandil. Gustavo
y Valeria en colegios de Lobos.
Lo primero que hice
fue conseguir mediante la Intendencia Municipal de Lobos una motoniveladora
y un rolo compactador a fin de de hacer la pista de aterrizaje. El Jefe de
Vialidad aceptó mi solicitud a cambio de un coste que se estimaría en horas de
trabajo y de darle la comida al peón.
Resueltos éste y
otros problemas menores, de inmediato me puse a trabajar en la planificación de
la cosecha que era lo prioritario.
Para empezar,
visité a los dueños de máquinas cosechadoras y les planteé si era posible una
cosecha de maíz de 25º de humedad. Al primero que visité fue al Sr. Pesaresi
que me dijo que era cuestión de graduar la máquina y que pensaba que no habría
inconvenientes. Hablé también con el Sr Coltrinari que tenía cuatro
cosechadoras, y me comentó lo mismo.
Al enterarse de la
demanda, varios contratistas visitaron Santa María ofreciendo sus servicios por
lo que la disponibilidad de maquinaria no sería un problema.
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