miércoles, 16 de octubre de 2013

ALGUNAS ANÉCDOTAS DE MI LARGO PEREGRINAR POR LAS ESTANCIAS ARGENTINA



VALERIO TOBALDO
Algunas anécdotas de mi largo peregrinar por las estancias argentinas

APELLIDO
Era muy común que nos visitáramos seminaristas de otros seminarios, y entre y  mate, nos contábamos anécdotas.
Un día que visitábamos la casa de vacaciones del Seminario de Santa Fe, en las sierras Las Peñas  de Córdoba; salió una anécdota sobre los apellidos.
Comentaban que para la Ordenación Sacerdotal  de ese año, había un seminarista con un apellido no conveniente para su Ordenación,  y posteriormente como Sacerdote.
El Rector le había pedido varías veces al padre del seminarista que cambiara el apellido por el de su madre, y este siempre  se oponía. La fecha de la Ordenación  se acercaba. El Rector habló entonces con el Obispo sobre el tema, quién le manifestó que lo dejara en sus manos. El  Obispo citó al padre. A pesar que ambos pusieron sobre la mesa sus respectivas opiniones, la conversación no fue muy cordial.  El mismo seminarista hacía tiempo que le estaba insistiendo a su padre de cambiar su apellido. Pero el progenitor no pensaba hacerlo de ninguna manera.
El Obispo citó nuevamente al padre del seminarista, por última vez y sin vueltas le dijo:
_ O cambia de apellido o no hay Ordenación Sacerdotal ´
A lo que el padre, queriendo que su hijo fuera realmente sacerdote, más que hablando, le gritó al Obispo
_ Sepa Ud., Señor Obispo, que lo acepto obligado, faltando a  la memoria de mis antepasados que llevaron con  orgullo este apellido   …. Porque:
¡MERDASECA FUE MI ABUELO! ¡MERDASECA FUE MI PADRE! ¡MERDASECA SOY YO! Y ME DA MUCHA PENA QUE POR UN CAPRICHO SUYO,  MI HIJO NO SEA MAS UN MERDESECA.
Había perdido la batalla ya que su hijo en  el futuro llevaría el apellido materno: Fuentes
Hubiera sido una cruz muy grande para el cura llevar su apellido; ya que sus fieles no hubieran tenido otra forma de llamarlo más que  “PADRE MERDASECA “

UNA DEL COLEGIO
Un tal Señor francisco Algañaraz vivía en un pequeño pueblo. Hombre muy gordo, con una panza muy prominente. Solterón empedernido, hasta que formo pareja con una mujer de costumbres no muy santas; no era ni linda ni fea lo que si muy cariñosa.   Tenía cuatro hijos, todos ellos  varones, que estaba segura  que eran de ella, pero de padre desconocido. Los chicos que vivían en la calle y eran el terror de los vecinos. Tenían un boliche, que atendía ella misma,  al que acudían los clientes más vagos del pueblo. Aunque ella,  como el zorro “perdía el pelo pero  no las mañas”; lo que llevaba a pensar que mantenía  encuentros  furtivos con algunos de sus antiguos candidatos. No hacía “nada por deporte pero si por todo plata”
Los amigos de Don Pancho (así lo llamaban) le comentaban la conducta de su compañera y él siempre les contestaba 
_ Lo que tienen es envidia  porque desde que está conmigo no les da pelota. Un día uno muy amigo le llegó a decir.
_ Pancho, no seas  boludo, la Mecha (ese era su  sobrenombre) te está poniendo los cuernos y si estos  fueran árboles vos ya tendrías dos eucaliptos en la cabeza
Sin embargo, Don Pancho no se inmutaba y siempre les  contestaba    
_ Envidia,  pura envidia” y les aclaro que  el boliche cada día tiene  más clientes, yo trabajo menos, a la Mecha nunca le falta plata. . Anda bien vestida y cuando le pregunto de donde saca plata para comprarse ropa, me dice que las amigas se las regalan. Con los chicos no me meto, son hijos de  ella. No vaya a ser que por meterme con sus hijos , ella se vaya y yo quede culo para arriba como botella de jardín .Ella manda los chicos al Colegio, si no quieren estudiar  es cosa de ellos.
Enviaban los chicos al colegio, pero en cuanto a hacer los deberes, su madre no se ocupaba y los pibes, si te he visto no me acuerdo. Si alguna amiga le decía a la Mecha que se preocupara un poco más por  sus hijos y los obligara a estudiar, ella  le contestaba
_Yo cumplo con mandarlos al colegio, el resto corre por cuenta de la maestra, que  tiene  la obligación de enseñarles, para eso le pagan. Además la calle es una buna escuela ¡si lo sabré yo!

En aquel tiempo, yo era presidente de la  Cooperadora Escolar y un día la maestra me llamó para  organizar una fiesta, llegué justo cuando los chicos terminaban las clases de la mañana..
Parado en la puerta el Colegio, estaba  Don Pancho con los brazos cruzados hacia atrás, lo que hacía más prominente su enorme  panza. La maestra  lo había citado por la mala conducta de uno de los hijos de su pareja.
Una madre  que  había ido a retirar a su hijo, por cortesía lo saludó, y le pregunto ¿Don Pancho espera al nene? A lo cual  Don Pancho muy serio y con mucha tranquilidad le contestó:
_ ¡NO! ¡SOY ASI PANZON  NOMAS!

OTRA DEL MISMO COLEGIO
Había venido ese año una nueva maestra a la escuela. Se  hospedaba en una casa de familia desde el lunes por la mañana hasta el sábado, y temprano regresaba en su coche a su pueblo; vecino al del colegio,
Los hijos de la Mecha, compañera de Don Pancho, seguían siendo cada vez más sinvergüenzas y sobre todo eran más los días que alguno  de  los cuatro faltaban al colegio de lo que los que asistían.
La nueva maestra no los conocía, pero cuando fue comprobando sus inasistencias y su mala conducta,  creyó  conveniente llamar a la madre a fin de exponerle el problema.
Fue la madre , luego de escuchar a la maestra de mala manera le contestó : _Yo tengo demasiado trabajo en mi casa, además de  atender el boliche y los trabajos domésticos , por lo tanto no tengo tiempo para ayudarles a hacer los deberes, además no entiendo mucho de lo que enseñan  a los niños. Creo que a ustedes,  las maestras,  les pagan para que enseñen
Dio media vuelta y sin saludar  se fue. Como dije al principio, la maestra se hospedaba en casa de una  familia, que  hacía muy poco había traído  a los padres de la esposa de España. Al mediodía al regresar les contó lo sucedido y la  mujer española le comentó:
_Mira tú, refiero estar en las astas de un toro y no en la lengua de esa señora
Las clases seguían .y la maestra hacía todo lo posible para que aprendieran algo y tuvieran mejor conducta, pero cualquier esfuerzo era en vano.
Un día en clase de matemáticas les dijo:
_ “Hoy vamos a hacer la clase de manera distinta, vamos a hacer sumas sin escribir. Yo les voy diciendo a cada uno varios números y ustedes los van sumando mentalmente,  luego me dicen el resultado”
Comenzó con los más adelantados, si se equivocaban, lo repetía. Como había dejado último a Carlitos, uno de los hijos de la mentada Mecha, se le ocurrió preguntarle  
_ ¿Entendiste Carlitos?  
_ Si Señorita
_ Bueno, presto mucha atención: cuando yo salí  para venir al colegio encontré en la puerta 20 centavos, más adelante otros 10 centavos y  al entrar al colegio 20 centavos más ¿Cuánto  tengo?
Carlitos más rápido que un rayo le contestó:
_”LO QUE UD. TIENE SEÑORITA ES UN OJETE BARBARO, YO PASÉ UN RATO ANTES  Y NO ENCONTRE NADA”

UNA DE CARNEADAS
Por lo general, en el mes de Agosto, en pleno invierno, los que se dedican  a engordar y carnear cerdos para consumo propio para el resto del año , lo hacen en ese mes, y creo que el dicho de que  “a cada chancho le llega su San  Martín”  se debe a que el día 17 de Agosto en Argentina se celebra el aniversario de la muerte de San Martín
Había en el campo, donde yo era Mayordomo, una familia italiana de apellido Bianchi, cosa rara encontrar a italianos en los tambos, ya que generalmente, ellos se dedicaban  a otras labores  de campo,
Esta familia la componían el matrimonio de bastante edad,  tres hijos solteros  y un peón, que hacía muchos años que trabajaba con ellos.
Siguiendo la tradición de sus ancestros, todos los años engordaban dos o tres cerdos y luego faenaban y hacían  toda clase de facturas (embutidos) para todo el año. A los chorizos que consumirían pronto les ponían una proporción de carne de vaca  y los demás  carne pura de cerdos
Llegó el mes de Agosto y los Bianchi en familia comenzaron  con la carneada en sus diversos pasos,
Entre sus hijos tenían uno a quién todos conocían por  Anyulín, creo que se llamaba  Ángel,  y hablaba muy mal.
Un domingo por  la tarde, estando  yo en la Estancia, llegó  Anyulín en un caballo en pelo, acercándose donde yo estaba  me saludó:
_ Buena tardes  “sinior”  Tobaldo
_ Buenas tarde Anyulín _ le respondí _ ¿que te  está pasando a  esta  hora y en  domingo? _ agregué
_Vengo a darle una mala noticia _ me respondió
Creyendo que había pasado algo muy serio le pegunté
_ ¿Está alguno enfermo?
_ No “sinior” Tobaldo, algo “pior”
Ya más preocupado le vuelvo a preguntar
_ ¿Qué pasó?
_”Tabamos apatando lo ternero y uno gane se quebó” (Estábamos apartando los terneros y uno grande se quebró)
_ Bueno Anyulín, no es tan grave. Mañana lo mando al Capataz, lo entablilla y lo mandamos al lote de  Enfermería  (donde iban todos los animales  enfermos)
_”Sinior Tobaldo no va a ser fata. Sufia tanto que lo regollamos” (Señor Tobaldo, no va a ser falta. Sufría tanto que lo degollamos)
_ Bueno_  le dije _ si era tan grande la quebradura hicieron bien 
Presentí  que me estaba mintiendo, y que el ternero  no se había quebrado. Me di cuenta   que posiblemente llos lo habían degollado para los chorizos: Lo saludé y le deseé que  le salieran buenos los chorizos. Él me saludó sonriendo  y como si se hubiera sacado un peso de  encima, saltó al caballo y se fue.
Era el último eslabón que faltaba para comprobar lo que los Bianchi hacían.  
Me fui  al escritorio y mirando la carpeta del Historial del Tambo, todos los años por una u otra cosa se les moría un ternero grande a los Bianchi en la época de carneadas, o sea en agosto, lo cual no era coincidencia. Como decimos en el campo “El diablo andaba entre los choclos”
A la mañana  siguiente, a primera hora fuimos  con el Capataz hasta el tambo y  les pedimos ver la osamenta, y no sabiendo que responder nos confesaron que ellos lo habían matado para mezclar su carne  con la carne de cerdo.
Se le cobró el ternero. Luego se labró un acta en la Policía y se les envió un telegrama  colacionado comunicándole que fin e mes debería entregar el Tambo.

A ellos le salió caro el ternero y nosotros no pudimos probar los chorizos,

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