miércoles, 30 de octubre de 2013

COMO LA INMIGRACIÓN ITALIANA INFLUENCIÓ EN LOS USOS Y COSTUMBRES Y FOMENTÓ LA CREACIÓN DE LA “CULTURA ITALO-ARGENTINA”


COMO LA INMIGRACIÓN ITALIANA INFLUENCIÓ EN LOS USOS Y COSTUMBRES Y FOMENTÓ LA CREACIÓN DE LA
“CULTURA ITALO-ARGENTINA”
Por Valerio Tobaldo

No se equivocaron aquellos que denominaron a la Argentina como “la segunda Patria de los Italianos. Entre 1880 y 1930 más de 4.000.000 de Italianos emigraron hacía Argentina. ´La inmigración se detuvo hace 50 años. Según Dante Ruscica, encargado de prensa de la Embajada Italiana en Argentina, en la actualidad hay 1.000.000 de italianos en el país. Además aseguró que viven más de 16.000.000 de personas con sangre Italiana  y que hay 500,000 ciudadanos con doble nacionalidad
El cambio que provocó la inmigración italiana en la vida  cotidiana argentina es tan grande como inabarcable: las pastas y las pizzas, las reuniones familiares de los domingos, los gestos al hablar, la vestimenta, los modos de relacionarse  con los otros , el estilo de vida y hasta la manera de trabajar.
Las costumbres italianas en Argentina funcionaron, en un comienzo, como el marco cultural que suavizó el dolor del desarraigo, creando las condiciones de “Italia en el Plata “. Con los años, los hijos de aquellos inmigrantes italianos desarrollaron su propia cultura, reaccionando muchas veces contra  las normas de los padres pero portando inconscientemente las marcas del proceso inmigratorio; marcas que perduran, y son de alguna manera el andamiaje actual de nuestra vida cotidiana.
Cuando los italianos llegaron al país trajeron consigo todo su bagaje cultural, sus costumbres y sus oficios, y al pisar el suelo argentino transformaron sutilmente el estilo de vida de sus habitantes. Las dos terceras partes de los italianos que llegaron habían trabajado en Europa en tareas rurales, pero al llegar aquí, una apreciable mayoría se dedicó especialmente a la industria y al comercio
No hubo ramo comercial en el que no se advirtiera la presencia italiana. Muestra de ello: “El Café Tortoni” el  “Café de París” la “Confitería el Molino”, prestigiosos  restaurantes como “La Sonámbula” o “La Emiliana” casas de música, bazares que exhibían finos objetos de  importación , elegantes sastrerías para hombres, zapaterías, inmensas tiendas, relojerías ,fondas, cantinas, boliches; así como vendedores ambulantes de pescado , frutas  y diarios .
La influencia de la inmigración italiana fue determinante en la formación de la cultura ítalo – argentina. Si bien lo normal hubiera sido que los inmigrantes se adaptaran a la cultura existente, el proceso, en este caso,  fue inverso o más bien reciproco.
Los italianismos se difundieron rápidamente, lo que enriqueció el  vocabulario lunfardo. Por ejemplo, la palabra “mufa”  que se usa para designar la mala suerte deriva de “mufa” que significa moho, “pibe” proviene de “pive”  , que en xeneixe ( lengua de Génova ) significa aprendiz.
Así muchas palabras de origen italiano fueron adoptadas por los argentinos y hasta incursionaron en  el  tango: “La Comparsita” es el caso más relevante: el título deriva como diminutivo de “comparsa”, que significa actor secundario,
También los italianos incorporaron a la vida diaria argentina su gesticulación. Muchos gestos, exactamente codificados, redondeaban el sentido, completan una frase o un matiz de  significación: se frunce el mentón para significar desconocimiento o para sugerir dudas; se cierran lentamente los ojos para certificar un estado de cosas; o se elevaban el índice  y el meñique en señal de cuernos para identificar al varón engañado.
Pero hay más,  a pesar del dominio parisino en la moda femenina mundial, la mujer argentina se viste como la italiana. Frente a la austeridad unisex de las nórdicas, frente a la heterogeneidad de las norteamericanas o la elegancia distante de las francesas, las italianas elegían cuidadosamente  sus vestidos, acentuaban sus figuras y se prestaban entusiastas al juego de la seducción.
Las mujeres italianas han mantenido siempre, incluso en los casos de mayor estrechez económica un gran cuidado hacía la vestimenta y un estilo muy personal. Las mujeres argentinas, en cierto modo, lo heredaron. Tanto para la italiana como para la argentina la ropa es un signo de distinción. 


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