jueves, 31 de octubre de 2013

UN CRIOLLO EN BUENOS AIRES


VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas
Un criollo en Buenos Aires
Nos contaba Benito Ruiz, que era Mayordomo de  una estancia llamada  “Los Alfalfares”, muy cerca de la localidad de Maggiolo en la Provincia  de Santa Fe, que tenía un Puestero trabajando en el establecimiento desde hacía muchísimos  años. Don Adalberto, tal era su nombre, vivía con su mujer, doña Alejandrina y una única hija, Luisa, que por cierto “ya no se cocinaba en un solo hervor” y lo peor, sin candidato a la vista.  Pasaban los años hasta que una amiga de Luisa , que hacía tiempo vivía en Buenos Aires, intentó convencer a  don Adalberto y a doña Alejandrina que dejaran ir a la Luisa a la capital.  Pero todo fue en  vano. Ni bien, ni mal se iba su “nena” a Buenos Aires. La Luisa no era ni  linda ni fea, era como la actual  Selección Argentina de Fútbol : “mucha  delantera , pero media floja en  defensa” .En los bailes nunca jugó como titular  siempre como  suplente, y si alguna vez entró fue en los últimos minutos  para hacer  tiempo. Todo lo que conocía la pobre muchacha era Venado Tuerto, una ciudad vecina.
 El tiempo fue pasando y ya la Luisa treintañera  y sin compromisos habidos ni por haber, se confabuló  con su madre y su amiga de la capital  y agarraron el toro por las astas; sin más preámbulos le anunciaron a don Adalberto que la Luisa se iba a Buenos Aires la semana próxima y que se alojaría hasta encontrar trabajo en la casa de su amiga.
Don Adalberto “corcoveó un rato  en redondo”, como si quisiera sacarse el jinete de encima  y al principio se resistió hasta que la Luisa le  dijo: 
_Soy mayor de edad y te guste o no  yo me voy Buenos Aires, aquí no me quedo un día más para vestir Santos _ y agregó _ Te guste o no yo me voy. Además la  mamá esta de acuerdo.
Sin lugar a dudas, la pobre doña Alejandrina iba a sentir mucho a su hija, pero seguir discutiendo con don Adalberto era “como bolsillo de manco” en criollo: al pedo.
Como ya se había quedado sin argumentos, don Adalberto la amenazó con que   nunca más los vería ni a él ni a su madre. Pero la Luisa partió.
Pasados 4 años desde que la muchacha se había instalado en Buenos Aires; había conseguido trabajo al poco tiempo de llegar, luego formó pareja. Pero don Adalberto seguía en sus treces,  no quería saber nada de ella, ni  ir a visitarla, ni tampoco que ella viniera al campo.
Como doña Alejandrina no andaba bien de salud, un amigo de don Adalberto lo convenció que fueran a visitar a su hija, que él iba a la semana siguiente a Buenos Aires en tren y así podrían viajar juntos.  
Don Adalberto lo habló con su esposa, pero el médico le dijo que ella no podía viajar, así que arreglaron que iría solo y le avisaron a su hija que lo fuera a esperar a Retiro. El paisano no tenía ni la más  mínima noción de lo que era  Buenos Aires.
Todo lo que sigue se lo contó personalmente don Adalberto a otro paisano que fue mi Capataz  en un campo donde yo trabajaba, se llamaba  don Nicolás Artaza. Eran amigos, y en una ocasión se encontraron y mantuvieron, más o menos, la siguiente conversación; aunque a decir verdad fue más bien un monólogo de don Adalberto:
_ Viejo, ¿Como te fue por Buenos Aires? _ Quiso saber don Artaza.
_ Mirá Negro, vos no vas a creer lo que te voy a contar. Yo tenía otra idea de la ciudad, allí  no hay ni campos ni rodeos donde nosotros podamos trabajar. La gente vive a los empujones, puro alboroto. Todos corren cuando llega un colectivo  a una esquina  y después no suben. Como me extrañó le pregunté a la Luisa   porque no subían y ella me dijo que no era  el número que debían tomar para donde iban. Además pareciera que no tienen lugar para levantar casas, ya que están todas encimadas, como si nosotros montáramos  cuatro ranchos, uno sobre otro. Caballos en el poblado, no ves ninguno, usan una cosa de dos ruedas, más chicas que las de  un sulky de carrera, parece que se llama bicicleta y las traen de otros pagos. No vieras, che, corre más que un avestruz, es serenita y no corcovea,  y como no come nada te juro que ni bostea. No se como diablo ni en que idioma hablan, no podes entender  un carajo. Te juro que si hubiera tenido una tijera  le corto la porra a más de uno. Andan con los pantalones rotos. Ves a los pendejos y a las pendejas fumando o chupando cervezas  en las plazas. Continuamente  tenés  que ir esquivando soretes de perros en todos lados.
Salí con la Luisa a dar una  vuelta por la ciudad y me dice ¿Papá,  ves el “Obe”? y me mostró un coso lago para arriba, entonces le pegunté ¿que es  el “Obe”? Papá,  me  dijo molesta, es el Obelisco. Me pregunté para que habían hecho una cosa así si  después no lo usan para nada, porque gente no se veía que viviera. Cansados de caminar, la Luisa me propuso tomar el “subte”, yo creí que eso era un refresco, y me gustó la idea porque estaba más cansado que “perro de verdulero”. Pero cuando llegamos ¡Qué decepción, mi amigo! nos metimos en un pozo con escaleras,  y la gente  subía y bajaba, entonces  le pregunté que era eso del “subte”. La luisa dijo, papá el “subte” .es el tren subterráneo. Entramos, te juro que yo iba más cagado que “palo e gallinero”  Llegamos y antes  de  subir al tren había unos aparatos que  se llaman molinetes, que tienen  unas ranuras para meter una ficha, y recién podés entrar, si no  metés  la ficha, por más que empujes, minga vas a pasar. Esperamos un buen rato hasta que llegó un cosa parecida a un tren y cuando se abrieron las puertas de golpe  la gente salía y entraba a los empujones, como cuando encerras  vacas en los corrales.  Cuando quise acordar no vi más a la Luisa. Y rápidamente pensé para mis adentros ¿si no la encontrás  que haces?   Por ahí la vi y las puertas se cerraron solas. Ya había pasado tres días en Buenos Aires y mi amigo se volvía y yo con él. Hasta ese momento la Luisa no me había preguntado por la madre,  entonces la llamé y le dije
_“LUISA, NO ME PREGUNTASTE NUNCA  POR “LA QUETE
_ ¿QUIEN ES LA “QUETE”  PAPÁ? _ me preguntó extrañada.
_ “LA QUE TE PARIO” M’HIJA ¡TU MADRE!

Te juro hermano que  ni “maneao” ni “embozalao” me llevan más a Buenos Aires.      

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA CULPA LA TIENE EL TREN


VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas
La culpa la tiene el tren
En las “materas” (lugar donde el personal de las  estancias se reúne a tomar mate) es un lugar privilegiado para escuchar  todo tipo de anécdotas, no solo del personal estable, sino también de esos hombres que llegan a la estancia a caballo, en   busca de una changa; se distinguen por su manera de vestir, el estado de sus caballos  y lugares donde dicen que han trabajado: algunos traen hasta una especie de certificado de buena conducta, otorgado, por sus anteriores patrones. Generalmente no buscaban un  lugar permanente para trabajar sino changas, tipo: yerras, vacunadas, baños o cualquier otro trabajo transitorio, sus caballos son su herramienta de trabajo. . Eso hace que su jornal (salario)  sea mayor.
Son  trotamundos y muchas veces les toca dormir usando su recado como cama  y a la luz de las estrellas .Por lo general son todos provincianos, especialmente del norte, y que emigraban por falta de trabajo. Son hombres muy de a caballo y saben trabajar  especialmente en las yerras a mano donde entre dos hombres deben voltear un ternero o un novillito; se distinguen, además, por la destreza en el uso del lazo.     
Otra cosa muy distinta son los llamados “ CROTOS  “ quienes andan con su “mono” (atillo compuesto de  ropa y `pilchas para dormir, transportado  al hombro)   y en la mano una chuza con forma de gancho en la parte de arriba que les sirve para colgar sobre el fuego los tarros que usan como ollas  y la parte e abajo  para  clavarla sobre el fuego o para matar bichos, peludos, mulita y no buscaban  trabajo sino comida y lugar para dormir.. Si se les ofrece trabajo  “le saltaban como sapo a la guadaña” o “como querer  hacerle comer cebolla al perro”; Se van enseguida. .
Estos personajes, ya creo que en extinción, eran  habitué y casi todos los meses hacían el mismo circuito de estancias; ya que tenían  una ruta determinada que la recorrían campo a través.  A. estas personas, no se le negaba  la comida, pero no en el comedor de los peones, sino que se los  alojaba  en un galponcito lejos del casco y la casa del personal llamado “ la crotera “ (alojamiento para crotos)
Eran tan  habitué que, ellos mismos muchas veces se llamaban por sus distintos  sobrenombres : El “croto Coronel” ( llevaba pegado a su ropa muchas tapitas de cerveza y decía ser coronel del ejercito ) el “croto santo” ( repartía   estampitas que les daban los curas en los pueblos) el croto “rico” ( andaba  buscando una estancia para comprar, pero no encontraba ninguna con mirador para ver si venían los indios ) , el “croto aviador” ( siempre pasaba por arriba de los alambrados, nunca habría una  tranqueras, porque decía que no había una pista de aterrizaje) El “croto enamorado” ( siempre preguntaba si no habían  visto pasar una rubia de ojos celestes y e vestido  blanco) El “croto malo”  (nunca conforme con nada y odiaba a los ricos ) Sobre este último, yo tengo una anécdota que me contó él mismo. En ese entonces, yo era Mayordomo de un Campo que la ruta nº 8  lo cortaba  por el medio. Un día venía a caballo y me pareció sentir la voz de un hombre que vocifera bastante fuerte y al  acercarme reconocí al CROTO MALO  sentado sobre el mono, insultaba  a todos  los coches  que pasaban por la ruta. Me acerqué, lo saludé y le pregunté que le pasaba,   mirándome  con cara de irritación y rabia y amenazando con la chuza a los coches de la  ruta   me contestó
_Como no voy a estar enojado viendo a tantos ricos pasar con esos  coches último modelo  y pensar que los compran chupándonos  la sangre a nosotros los pobres y sacrificados obreros, pero un día me la van a pagar., cuando herede la estancia y las fábricas  de mi padre , .a todos esos los voy a tener trabajando como esclavos.
Había que  entenderlos, la soledad los trastornaba.
Pero volviendo a esos que buscaban trabajo, llegó un día montado  en un lindo caballo criollo color canela, un recado muy prolijo  y de tiro un tobiano que hacía de carguero (caballo que lleva los ponchos y demás pertenencias del hombre y hasta se veía un poncho encerado, prenda que cubre al hombre y al caballo en caso e lluvia). Lo recibió el Capataz  preguntándole que andaba   buscando y el sin rodeo le respondió: trabajo
Como era la hora del almuerzo, el Capataz lo invitó que desensillara, le mostró el lugar donde podía poner sus pilchas  y le dijo que soltara los caballos en un  lote donde estaban todos los de la estancia y que con respecto al trabajo hablaría en el escritorio para ver si había que buscar personal adicional, ya que al día siguiente se comenzaba con los baños de hacienda; el Capataz  le pidió a un peón  que lo acompañara al comedor.
A la  tarde fue el capataz  al escritorio a recibir las órdenes,  y me cuenta de ese hombre a caballo que había  llegado y que a simple vista parecía buena persona. Le manifesté  que  un hombre más nos vendría bien  para los baños y que  si le parecía lo contratara; cosa que hizo el Capataz. Luego lo acompañó  al escritorio, donde le tomé los datos personales y número de libreta de enrolamiento.,
Se  llamaba Rubén  Garay, tenía 35 años y había llegado a la zona hacía un año, donde había trabajado ya en varias estancias. Había nacido en un pueblecito de Santiago del Estero, pero no recuerdo el nombre,
Una noche, en la matera, nos contó muchas cosas  de su vida, de sus andanzas, de los buenos y de los malos momentos que había pasado en su vida , pero esa era la vida que le gustaba: andar y andar los caminos, conocer gente y que no le faltara de comer a él y a sus caballos.  Sobre  su familia  nos contó que eran doce hermanos y que en su pueblito había  familias con muchos hijos, y viendo nuestras caras de asombro y de incredulidad nos dijo: _Tengan la plena seguridad que no miento, lo que digo es la verdad, son varias las familias que tienen muchos hijos.
Como no decíamos nada, hizo un  silencio y agregó_ Les voy  a explicar el motivo de tantos hijos.
_Mi pueblo es muy chico y las vías el tren lo divide en dos. Desde hace muchos años  pasa un tren carguero  a las 5.30 de la mañana, como pueden imaginar,  despierta a todo el mundo _ Y volvió a guardar silencio, hasta que un criollo viejo, perdiendo ya la paciencia le preguntó: 
_ ¿Qué tiene  que ver el tren con los chicos?  
 Con cara de picardía y con voz cansina le respondió

_Mire usted, una vez despierto, las 5.30 de la mañana es demasiado tarde para volverse a dormir y muy temprano para levantarse. Ya despiertos y en la cama en algo deben ocupar el tiempo; por eso es que “TODA LA CULPA LA TIENE EL TREN” ¿Entendió amigo?

COMO LA INMIGRACIÓN ITALIANA INFLUENCIÓ EN LOS USOS Y COSTUMBRES Y FOMENTÓ LA CREACIÓN DE LA “CULTURA ITALO-ARGENTINA”


COMO LA INMIGRACIÓN ITALIANA INFLUENCIÓ EN LOS USOS Y COSTUMBRES Y FOMENTÓ LA CREACIÓN DE LA
“CULTURA ITALO-ARGENTINA”
Por Valerio Tobaldo

No se equivocaron aquellos que denominaron a la Argentina como “la segunda Patria de los Italianos. Entre 1880 y 1930 más de 4.000.000 de Italianos emigraron hacía Argentina. ´La inmigración se detuvo hace 50 años. Según Dante Ruscica, encargado de prensa de la Embajada Italiana en Argentina, en la actualidad hay 1.000.000 de italianos en el país. Además aseguró que viven más de 16.000.000 de personas con sangre Italiana  y que hay 500,000 ciudadanos con doble nacionalidad
El cambio que provocó la inmigración italiana en la vida  cotidiana argentina es tan grande como inabarcable: las pastas y las pizzas, las reuniones familiares de los domingos, los gestos al hablar, la vestimenta, los modos de relacionarse  con los otros , el estilo de vida y hasta la manera de trabajar.
Las costumbres italianas en Argentina funcionaron, en un comienzo, como el marco cultural que suavizó el dolor del desarraigo, creando las condiciones de “Italia en el Plata “. Con los años, los hijos de aquellos inmigrantes italianos desarrollaron su propia cultura, reaccionando muchas veces contra  las normas de los padres pero portando inconscientemente las marcas del proceso inmigratorio; marcas que perduran, y son de alguna manera el andamiaje actual de nuestra vida cotidiana.
Cuando los italianos llegaron al país trajeron consigo todo su bagaje cultural, sus costumbres y sus oficios, y al pisar el suelo argentino transformaron sutilmente el estilo de vida de sus habitantes. Las dos terceras partes de los italianos que llegaron habían trabajado en Europa en tareas rurales, pero al llegar aquí, una apreciable mayoría se dedicó especialmente a la industria y al comercio
No hubo ramo comercial en el que no se advirtiera la presencia italiana. Muestra de ello: “El Café Tortoni” el  “Café de París” la “Confitería el Molino”, prestigiosos  restaurantes como “La Sonámbula” o “La Emiliana” casas de música, bazares que exhibían finos objetos de  importación , elegantes sastrerías para hombres, zapaterías, inmensas tiendas, relojerías ,fondas, cantinas, boliches; así como vendedores ambulantes de pescado , frutas  y diarios .
La influencia de la inmigración italiana fue determinante en la formación de la cultura ítalo – argentina. Si bien lo normal hubiera sido que los inmigrantes se adaptaran a la cultura existente, el proceso, en este caso,  fue inverso o más bien reciproco.
Los italianismos se difundieron rápidamente, lo que enriqueció el  vocabulario lunfardo. Por ejemplo, la palabra “mufa”  que se usa para designar la mala suerte deriva de “mufa” que significa moho, “pibe” proviene de “pive”  , que en xeneixe ( lengua de Génova ) significa aprendiz.
Así muchas palabras de origen italiano fueron adoptadas por los argentinos y hasta incursionaron en  el  tango: “La Comparsita” es el caso más relevante: el título deriva como diminutivo de “comparsa”, que significa actor secundario,
También los italianos incorporaron a la vida diaria argentina su gesticulación. Muchos gestos, exactamente codificados, redondeaban el sentido, completan una frase o un matiz de  significación: se frunce el mentón para significar desconocimiento o para sugerir dudas; se cierran lentamente los ojos para certificar un estado de cosas; o se elevaban el índice  y el meñique en señal de cuernos para identificar al varón engañado.
Pero hay más,  a pesar del dominio parisino en la moda femenina mundial, la mujer argentina se viste como la italiana. Frente a la austeridad unisex de las nórdicas, frente a la heterogeneidad de las norteamericanas o la elegancia distante de las francesas, las italianas elegían cuidadosamente  sus vestidos, acentuaban sus figuras y se prestaban entusiastas al juego de la seducción.
Las mujeres italianas han mantenido siempre, incluso en los casos de mayor estrechez económica un gran cuidado hacía la vestimenta y un estilo muy personal. Las mujeres argentinas, en cierto modo, lo heredaron. Tanto para la italiana como para la argentina la ropa es un signo de distinción. 


martes, 29 de octubre de 2013

Otra de Don Rivero contada por mi suegro


VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas
Otra de Don Rivero contada por mi suegro
Don Rivero había tenido una buena cosecha de trigo; tenía  las bolsas estibadas en el galpón. Le había vendido el trigo a Aramburu, un cerealista de Canals, y debían retirarlo del campo en un día señalado. El cerealista envío 5 carros con caballos que cargaban 100 bolsas cada uno.
Llegaron los carros y en una camioneta el sr Colombo, recibidor de granos de la empresa Aramburu. Una vez cargados los carros, pasaron al escritorio para ultimar detalles de pago.  El señor  Colombo le solicitó que le dijera  a orden de quién debía hacer el cheque por el importe de la compra.
_ Sepa usted señor Colombo que yo le entregué trigo y usted me quiere entregar un papel por el importe de la venta _ que era de $ 10,500.00. Le dijo don Rivero con aire desconfiado. Y agregó _ Los carros no se van a mover del campo si Ud. no me trae la plata en efectivo.
El sr. Colombo intentó convencerlo que en el banco de Canal no conseguiría toda esa plata junta, que tendría que ir hasta Venado Tuerto, una ciudad vecina más grande, pero que hasta el día siguiente no era imposible.
_ Muy bien, desaten los caballos de los carros y póngalos en un lote hasta tanto consigan  el dinero _ sugirió don Rivero.
Colombo partió enfurecido y sin decir palabra volvió a Canals y le comunicó la novedad al Gerente de la Casa Aramburu, quién a la mañana siguiente fue al Banco y les pidió que le dieran esa cantidad  de dinero en billetes de 1.00 peso Colombo regresó al campo con el dinero y se lo entregó. Don Rivero le pidió se sentara, y acompañado por su hijo, contaron todo el dinero, tomándose un buen tiempo. Una firmado el recibo los carreteros prepararon los carros y se llevaron el cereal.
Colombo, quedó con la sangre en el ojo, y quedó con ganas de vengarse,  pero esta vez salió nuevamente perdedor.
Pasó el tiempo, ya fallecido don Rivero, se comentaba que sus hijos tenían mucho dinero en la casa. Una noche los asaltaron, tanto las tres mujeres como el hermano se apostaron en el interior de la casa y abrieron fuego para defenderse  Los  ladrones  les tiraban  desde afuera sobre puertas y ventanas. En el  tiroteo una bala mató al  hermano, .y considerando los ladrones que no iban a poder entrar, huyeron. A mañana siguiente llegaron unos vecinos que habían escuchado la balacea. Las hermanas hicieron la denuncia  en la policía y luego sepultaron al hermano.

A partir de este episodio las hermanas vendieron el campo y se fueron a vivir  a Canals.  Nunca se supo quiénes fueron los asaltantes, aunque la picardía popular maduró diferentes hipótesis…

lunes, 28 de octubre de 2013

Mis raíces, mi trabajo, MI DESPEDIDA DEL CAMPO


VALERIO TOBALDO
Mis raíces, mi trabajo,
MI DESPEDIDA DEL CAMPO

Llegado de Estados Unidos, donde había acumulado muchísimas  experiencias, que tenía registradas en apuntes  y fotos, sobre  del sistema de producir girasol para semilla, especialmente en el Campo Experimental de la firma en los Estados Unidos.
Se planificado el comienzo de esta nueva etapa  para el 20 de Septiembre.
Lo que más me entusiasmaba  y hacía que brotara en  mi “ la  sangre de agricultor” que marcó toda mi vida, era ese constante y  permanente contacto con la tierra; y ahora se me presentaba la oportunidad de producir semillas, lo que significaba que cada una que se depositara en la tierra, devolvería más del ciento por uno de su potencia ; un mundo nuevo se abriría para mí.  .
Recuerdo las charlas y la manera que yo podía colaborar en dicha implantación. Ingenieros , que viajaron conmigo a Estados Unidos ,  serían los encargados de ese trabajo , bajo el control de los Ingenieros Fernández y el  Ingeniero  Sequeira, viejos maestros míos en la implantación de los campos experimentales en “La Paz
Iñaki me dio todo su apoyo y tuvimos largas charlas, ya que para “La Paz” significaba un orgullo y una muestra fehaciente de que estábamos trabajando muy bien; no estábamos equivocados en la implementación de la metodología. Pero “El hombre propone y Dios dispone” y lo que menos esperábamos sucedió.
Más o menos a mediados de septiembre, comenzó a llover, lo que primero fueron  lluvias, luego se transformó en un  diluvio. ( creo ya haber hablado de las inundaciones en nuestro Partido de Daireaux) Hay dichos populares que son muy sabios y fundamentan situaciones incontrolables: 
“DIOS SIEMPRE PERDONA, EL HOMBRE ALGUNAS VECES, LA NATURALEZA NUNCA
 
Una vez pasadas las inundaciones, hubo que solucionar  problemas  post- inundación y poner en marcha de nuevo y poco a poco todo ese andamiaje productivo que el agua  se había llevado;  y  no se podía llorar sobre el pasado, sino enfrentar el futuro .Así lo hizo Iñaki, protegiendo  en primer lugar a todo su personal, que era para él la primera fuerza con la que contaba, ya que todos estábamos enrolados en la política de la Empresa.
Contar detalle por detalle, sería no terminar nunca. Había que ir solucionando de a poco y por donde se pudiera.
Luego del fallecimiento de Don Ignacio dejé de ser Mayordomo de La Paz y pasé a ser socio con Iñaki e Ignacito, el hijo de Iñaki (yo ponía mi capital: trabajo ) y juntos emprendimos grandes siembras de girasol en campos arrendados como El Huaico , La Espiga, La Pepa, el Bagual, El Cañadón, La Guarida, La Buena Fe, La Celina  y por supuesto La Paz .
Al devolver los Campos arrendados  Iñaki  solo se dedicó a “La Paz”  en su carácter de Administrador y dueño junto con Marina en “La Magdalena” “Don Gastón” “El Castañeira” “Blanca Chica” “La Aldea” “El Canullano”
En esa oportunidad  me ofreció   que lo acompañara como asesor, luego de pensarlo, le contesté  que no, pero le aseguré  que lo acompañaría en todo lo que necesitara referente  a sus  mayordomos y trabajos de escritorio. ¿Cuáles fueron los motivos de no aceptar el cargo de asesor? En primer lugar yo venía sufriendo de una cadera y era indispensable una operación. Me operaron el 22 de Marzo de 1998 y con tan mala suerte que me tomo una septicemia y me tuvieron que retirar la Prótesis el 19 de Diciembre  de 1998 y en  segundo lugar la tecnificación del Campo y  mi problema físico me impedirían  efectuar con eficacia un cargo tan importante como asesor  de una cantidad respetable de  hectáreas, y en lugar de ayudarle a Iñaki, hubiera sido todo lo contrario.

Luego de recuperarme  de la segunda operación, iba dos veces por semana al escritorio de “La Paz” hasta el 10 de Marzo del 2004, cuando le manifesté  a Iñaki mi propósito de dejar “La Paz” .En principio hizo todo lo posible para retenerme. Eso me hizo dudar de mi determinación. Aunque uno, aún estando  seguro de tomar una decisión , el subconsciente traiciona , haciendo parecer como traumáticas y difíciles las secuelas  que pueden dejar un ciclo que se cierra , más aún si no se tiene el sentido si es o no el momento  adecuado para hacerlo. Lo pensé mucho, luego de la segunda charla con Iñaki me convencí, de una manera muy clara, que todos los temores que me impedían desvincularme de la firma eran  más ficticios que  reales; estaba seguro que debía hacerlo. Quedamos de común  acuerdo que nunca se me haría una fiesta de despedida porque si algún día le podía ser útil, no tendría ningún inconveniente, lo mismo,  me manifestó él a mí.
Mi currículum: Trabaje 22 años con Magnasco Como Encargado de Escritorio. Segundo Mayordomo de “La María”,  Mayordomo de  “La Florida”, Mayordomo de “Campo Gould”, Mayordomo de “San José”  y   Encargado general de los escritorios. Total 22 años.
Mi trabajo con Zuberbühller, como Segundo Mayordomo de  “Las Tres Lomas” ,Mayordomo de “Santa María” , Mayordomo General de Blaquier , Mayordomo de “La Paz” . Encargado general de siembras, Socio de siembras de girasol, Encargado de Escritorio. Total  32 años
Toda mi vida en el campo fue con dos firmas y un total de 54 años
No me arrepiento del camino que elegí en mi vida, cambiar los claustros de Filosofía, que había sido mi carrera , por mi entrega total al campo, con todas las alegrías y sufrimientos que ellos significaron , pero estar en contacto permanentemente con la naturaleza , que muchas veces no perdona, pero te hace sentir un creador y cuando aprietas en tus manos un puñado de tierra, sientes esa inmensa sensación que con su poder y tu trabajo desparramarás alimentos y  riquezas sobre un mundo cada día más  necesitado.
Si hoy tuviera el poder de enviar un mensaje al mundo, lo único que se me ocurriría sería
 CUIDEMOS LA TIERRA, ES UN CAPITAL DE TODOS. ….CUANDO DIGO TIERRA DIGO TAMBIÉN NATURALEZA. PARECE QUE SE HA ENTABLADO UNA LUCHA DEL HOMBRE EN SUS LABORATORIOS  CONTRA LA NATURALEZA. SE ESTÁ ROMPIENDO EL EQUILIBRIO BIOLOGICO . MATA LA PLAGA PERO MATA A SU VEZ LA DEFENSA .  EL HOMBRE LLEGARA A UN LIMITE Y NO SE PODRA DEFENDER  MAS, PORQUE  LA NATURALEZA LE DA A LA TIERRA TODOS  LOS METODOS PARA QUE SE AUTO – DEFIENDA.
HA LLEGADO EL HOMBRE CON SU INCONSCIENCIA HASTA CREAR SERIOS PROBLEMAS EN LA SALUD DE LA POBLACION. NO ES NECESARIO SER UN TECNICO, SINO SIMPLEMENTE  CONOCER ALGO DE CAMPO: MALEZAS O PLAGAS QUE  ANTES MATABAS CON UNA CANTIDAD DE HERBICIDA O INSECTICIDA HOY PARA LO MISMO DEBES MULTIPLICARLO EN SU CANTIDA.  REPITO “DIOS PERDONA… EL HOMBRE A VECES…LA NATURALEZA NUNCA.

Es de bien nacido saber agradecer, si yo lo tuviera que hacer con los que me ayudaron, la lista sería  infinita y la mitad quedarían en el camino:
En primer lugar a Don Juan Houlin, Mayordomo General de Magnasco, quién me inició en el trabajo de Campo y a todos esos humildes tamberos y peones generales, que me enseñaron a enfrentar la vida, cuando es muy poco lo que uno tiene.
Mi agradecimiento  a Leandro Donis, amigo y compañero de trabajo en la firma Magnasco, quién luego me conectó  con la firma Zuberbhüller.
En la firma Zuberbhüller  debo agradecer a Don Ignacio Zuberbhüller por las enseñanzas que me inculcó como ser humano y como hombre de campo. Un reconocimiento especial para esa súper Mujer, Ángel Tutelar de “La  Paz” Doña María Angélica. A todos ellos mi agradecimiento y el de mi familia por todo lo lindo y bueno que en orden espiritual y material nos brindaron en todo momento. Para Marcelo, hoy Mayordomo de “La Paz”, para Cachi Eguren, hoy Encargada del Escritorio, con quienes nos reuníamos  dos veces por semana y comentábamos  los trabajos, pero sobre todo, me llevo el recuerdo de su gran honestidad y sentido del deber y la amistad que siempre me brindaron. Para Andrea, hoy Secretaria de Iñaki en Buenos Aires, toda  mi gratitud porque con su simpatía, amabilidad y capacidad estuvo siempre dispuesta  a ayudarme durante tantos años en lo que necesitara .A todo el personal  los tendré siempre presente.

Marina e Iñaki, gracias, muchísimas gracias….nunca los olvidaré.  

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on Rivero y su peculiar manera de gestionar su negocio


VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas

Una anécdota que me contó mi suegro
Don Rivero y su peculiar manera de gestionar su negocio

Mi suegro hacía varios años que tenía una carnicería en “La  Lola”, una colonia entre Canals y Pueblo Italiano en la provincia de Córdoba.
Había en los alrededores varias estancias y campos y uno de ellos era el del Señor Rivero. Este Señor, tenía una particularidad: el compraba o vendía todo al contado, no trabajaba con ningún banco y todo el dinero lo guardaba en su casa, donde, ya viudo vivía con un hijo y tres hijas. Todos lo conocían por “Rivero el Rico”
Mi suegro le compraba a menudo novillos para su carnicería y ya de antemano fijaban el precio .por novillo; el precio en aquella época era $ 5.00.
En una ocasión le fue a comprar, avisándole el día y la hora.
Cuando llegó al campo, ya estaban todos los novillos encerrados, y dos peones preparados para sacar los novillos que mi suegro eligiera. Don Rivero se paró en la tranquera donde debían pasar los novillos seleccionados. El método a seguir era: cada novillo que pasaba y el comprador le entregaba los cinco pesos, de manera tal que por cada novillo seleccionado por mi suegro, don Rivero   recibía los cinco pesos. Una vez terminado el dinero del comprador ya no había más novillos.

Mi suegro algo extrañado por la metodología de la venta, cuando tuvo la oportunidad se lo manifestó, a lo que don Rivero le respondió con total naturalidad “Amigo mío, las cuentas claras conservan la amistad” 

domingo, 27 de octubre de 2013

MIS RAÍCES, MI TRABAJO, MI VIAJE A LOS ESTADOS UNIDOS


VALERIO TOBALDO
MIS RAÍCES,  MI TRABAJO, MI VIAJE A LOS ESTADOS UNIDOS

He comentado anteriormente los lazos que unían  a la estancia “La Paz” con el con el semillero  Dekalb. Se había programado el año 1986 la siembra de 200 hectáreas de girasol para semilla. Para mí esta fue una noticia que me alegró sobremanera,  porque una cosa es sembrar girasol y otra sembrar girasol para semilla.
Este proyecto me pondría en contacto permanente con ingenieros que se ocuparían de su siembra, cuidado, controles de plagas y malezas; es decir todo el proceso  completo. Además estaría en contacto permanente con genetistas y personas especializadas en el CULTIVO DE GIRASOL PARA SEMILLA.
Iñaki, en una de sus visitas a “La Paz” me comunicó que la firma Dekalb me invitaba a un viaje a los Estados Unido, junto con algunos Ingenieros agrónomos que trabajaban en dicha empresa.
Nuevamente el destino me hacía realidad, un sueño: ver como se trabajaba en el país del norte. El objetivo del viaje  era para capacitar a sus Ingenieros en  “sistemas de labranza y cultivo de soja, maíz, girasol y ganadería”
El viaje sería desde el 16 de Agosto hasta el 2 de septiembre de 1986.
Fui citado a Buenos Aires por el Sr Agrasal, gerente en Argentina de la firma DEKALB , quién  me manifestó que el viaje era un  premio a mi colaboración con el proyecto; demás está decir que iba con todos los gastos pagos y un plus en dólares para viáticos.
Salimos  de Buenos Aires el 16 de Agosto, aterrizando en  Miami al día siguiente a las 6 horas  de la mañana. Ese día lo tendríamos  libre. A mi me venía  muy bien ya que tengo en Miami un  sobrino con su familia. Así que nos encontramos y pudimos visitar la Ciudad..El lunes 18 volamos a Nashville, Tennessee, y luego ahí tomamos nos esperaba un mini-bus para  trasladarnos durante toda la estadía. Tuvimos las primeras charlas  en la Universidad de Princenton, y luego un seminario sobre labranza reducida en la  Universidad de Kentucky. Visitamos el lugar donde se inició la labranza cero.
Más tarde nos trasladamos hasta Saint Louis, Missouri, donde visitamos a la “American Soybean Association”  y varias granjas de la zona, partiendo luego hacia Ames, Iowa ,  donde en su Universidad nos dieron varios seminarios sobre maíz,  soja y ganadería   “feed -  lot”  y cría. Siendo Iowa, parte del “Corn Belt” (cordón maicero) además de los seminarios,  escuchamos   charlas y algunas  experiencias de los granjeros; recorrimos distintas granjas donde se estaba cosechando maíz, poniéndonos  en contacto directo con la maquinaria y formas de  cosecha,  traslado de cereal a las cooperativas, de las cuales visitamos varias
Posteriormente nos trasladamos a Dekalb - Illinois , visitamos sus campos experimentales de maíz en  proceso de producción para Argentina; pudimos comprobar como se seleccionaba el maíz en espigas para luego convertirlo en semilla . Nos dieron conferencias sobre las distintas actividades de la firma y nos regalaron gorras llaveros y camperas y sacos con el slogan de la firma.
Legamos a Chicago el  30 y tuvimos el día libre. Al día siguiente volamos a New York City.
El lunes 1  de septiembre  se celebraba en Estados Unidos el día día del trabajador (Labor Day)  Volamos desde el Aeropuerto J.F Kennedy  de regreso a Buenos Aires.
Lo que les puedo asegurar es  que para mi fue una nueva visión del campo,  en cuanto a  sus formas de trabajo, variedad de herramientas, formas de siembra, usos de herbicidas e insecticidas, así como la colaboración familiar en los distintos trabajos en las granjas.
Los temas  donde se ponía énfasis era ¿que hacen los productores americanos  cuando caen los precios  y aumentan los costos?

Una cosa que me llamó muchísimo la atención es que, cuando un granjero necesita personal adicional, recurre a las Universidades y ocupan estudiantes que cursan carreras sobre el campo. 

sábado, 26 de octubre de 2013

Una de troperos

VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas

Una de troperos

En esos tiempos no había casi camiones para transportar hacienda, así que los arreos de larga distancia se hacían por tierra, cuando la cantidad de hacienda era muy grande.
Había capataces, personas que tenían otros troperos que trabajaban para ellos cuando eran contratados.
La empresa Magnasco mandaba todos los años de Benjamín Gould a Venado Tuerto, tropas  de 1200 terneros  y novillitos; una distancia aproximada  de 100 quilómetros y para tal menester siempre ocupaba a Don Ercilio Sanchez; aunque él ya no tropeaba su hijo hacía de capataz. Don Ercilio recibía el arreo y lo entregaba en su destino final.
Durante el trayecto tenía estancias conocidas que le proporcionaba agua, y a veces los corrales. De noche, cuando no se conseguían corrales se hacían rondas para vigilar: se colocaban en una calle vecinal las dos puntas de la tropa  y en medio se hacían fogatas, y allí los troperos se ponían a “matear” (tomar mate) Hacían turnos de tres horas. Entre mate y mate, contaban anécdotas como “El Buey Corneta” “La Estancia del Dormilón” “El Rebenque de Agapito”
Todos los días, en su coche, don Ercilio, los buscaba para llevarles los víveres que necesitaban .y enterarse como iba la marcha de la tropa, ya que el era el responsable. Por su vestimenta, Don Ercilio parecía más un dueño de estancia que un capataz de tropa. Vestía de botas largas marrones, tipo “poleras” (de las que usan los jugadores de polo) bombachas blancas o negras (pantalón abombachado, típico de los gauchos) según la estación del año, camisa blanca, chaleco y campera de carpincho (cuero de chancho salvaje), una rastra de monedas de plata y una hebilla de oro con las iniciales de su nombre, sombrero grande color negro, pañuelo negro al cuello. Se producía con esa elegancia a fin de aparentar cuando iba a entregar la tropa y pagar a sus  troperos; se hacía acompañar al hotel donde almorzaba por uno de sus troperos más jovencitos, no siempre era el mismo.
Cuando llegaba al hotel, le pedía al conserje que le consiguiera una llamada telefónica a un número que él le daba, generalmente era el de su casa, para hablar con su esposa. Conseguida la comunicación, don Ercilio era llamado por el conserje y este  iba con el peoncito al teléfono.
En cierta ocasión entabló con su esposa entabló el siguiente diálogo( ella estaba en Canals y el en Venado Tuerto a 100 Km. )
_ ¡Hola! ¡Buenos  días Vieja!
_ ¿Quién  habla que no se entiende?_ preguntó la mujer
_ ¡Hola! Soy yo, Ercilio
_ Ah,  si,  Ercilio ¿que te pasa?
_ Vieja, te vas a la casa de este muchacho…
_ ¿De que muchacho  me estás hablando? _  Le preguntó la mujer confundida.
_ De este muchacho que está al lado mío _ Le respondió don Ercilio algo molesto
_ ¿Quién es ese muchacho?_ Le volvió a preguntar la mujer. 
_ ¡Este muchacho que  está al lado mío! ¿Acaso no lo ves? _ Exclamó ya algo más molesto.
_ ¡Ercilio,   aclárame quién es! _ Dijo la mujer en tono más imperativo
_ ¡Mujer! ¡Cuantas veces querés  que te lo  diga!¡Este muchacho que está al lado mío!
La mujer, por lo visto,  ya muy enojada, le volvió a preguntar quién era ese muchacho. Pero, dada la reacción de don Ercilio, parece que la mujer colgó el teléfono. El hombre se puso nervioso y colgó el teléfono diciendo, para que todos los allí presentes, lo oyeran:
¡MUJER DE MIERDA CUANDO VA A APRENDER A HABLAR POR TELEFONO!

 Y como si nada hubiera  pasado se sentó con el peoncito en una mesa para almorzar.

VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas

Una de troperos

En esos tiempos no había casi camiones para transportar hacienda, así que los arreos de larga distancia se hacían por tierra, cuando la cantidad de hacienda era muy grande.
Había capataces, personas que tenían otros troperos que trabajaban para ellos cuando eran contratados.
La empresa Magnasco mandaba todos los años de Benjamín Gould a Venado Tuerto, tropas  de 1200 terneros  y novillitos; una distancia aproximada  de 100 quilómetros y para tal menester siempre ocupaba a Don Ercilio Sanchez; aunque él ya no tropeaba su hijo hacía de capataz. Don Ercilio recibía el arreo y lo entregaba en su destino final.
Durante el trayecto tenía estancias conocidas que le proporcionaba agua, y a veces los corrales. De noche, cuando no se conseguían corrales se hacían rondas para vigilar: se colocaban en una calle vecinal las dos puntas de la tropa  y en medio se hacían fogatas, y allí los troperos se ponían a “matear” (tomar mate) Hacían turnos de tres horas. Entre mate y mate, contaban anécdotas como “El Buey Corneta” “La Estancia del Dormilón” “El Rebenque de Agapito”
Todos los días, en su coche, don Ercilio, los buscaba para llevarles los víveres que necesitaban .y enterarse como iba la marcha de la tropa, ya que el era el responsable. Por su vestimenta, Don Ercilio parecía más un dueño de estancia que un capataz de tropa. Vestía de botas largas marrones, tipo “poleras” (de las que usan los jugadores de polo) bombachas blancas o negras (pantalón abombachado, típico de los gauchos) según la estación del año, camisa blanca, chaleco y campera de carpincho (cuero de chancho salvaje), una rastra de monedas de plata y una hebilla de oro con las iniciales de su nombre, sombrero grande color negro, pañuelo negro al cuello. Se producía con esa elegancia a fin de aparentar cuando iba a entregar la tropa y pagar a sus  troperos; se hacía acompañar al hotel donde almorzaba por uno de sus troperos más jovencitos, no siempre era el mismo.
Cuando llegaba al hotel, le pedía al conserje que le consiguiera una llamada telefónica a un número que él le daba, generalmente era el de su casa, para hablar con su esposa. Conseguida la comunicación, don Ercilio era llamado por el conserje y este  iba con el peoncito al teléfono.
En cierta ocasión entabló con su esposa entabló el siguiente diálogo( ella estaba en Canals y el en Venado Tuerto a 100 Km. )
_ ¡Hola! ¡Buenos  días Vieja!
_ ¿Quién  habla que no se entiende?_ preguntó la mujer
_ ¡Hola! Soy yo, Ercilio
_ Ah,  si,  Ercilio ¿que te pasa?
_ Vieja, te vas a la casa de este muchacho…
_ ¿De que muchacho  me estás hablando? _  Le preguntó la mujer confundida.
_ De este muchacho que está al lado mío _ Le respondió don Ercilio algo molesto
_ ¿Quién es ese muchacho?_ Le volvió a preguntar la mujer. 
_ ¡Este muchacho que  está al lado mío! ¿Acaso no lo ves? _ Exclamó ya algo más molesto.
_ ¡Ercilio,   aclárame quién es! _ Dijo la mujer en tono más imperativo
_ ¡Mujer! ¡Cuantas veces querés  que te lo  diga!¡Este muchacho que está al lado mío!
La mujer, por lo visto,  ya muy enojada, le volvió a preguntar quién era ese muchacho. Pero, dada la reacción de don Ercilio, parece que la mujer colgó el teléfono. El hombre se puso nervioso y colgó el teléfono diciendo, para que todos los allí presentes, lo oyeran:
¡MUJER DE MIERDA CUANDO VA A APRENDER A HABLAR POR TELEFONO!

 Y como si nada hubiera  pasado se sentó con el peoncito en una mesa para almorzar.

jueves, 24 de octubre de 2013

Otra de censos - Esto que voy a contar me sucedió a mí



VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas

Otra de censos -  Esto que  voy a contar me sucedió a mí

Estaba yo de Mayordomo en el “Campo Benjamín Gould”  y me pidieron que  censara  a  los empleados del establecimiento: tamberos, puesteros, peones, así como a otras personas  de los alrededores; entre ellas a la familia de un peón, que vivía en un puesto muy humilde, que le había prestado un amigo de su patrón,  para que trajera su familia; allí siempre habían vivido hombres solos.
Llegamos  el día del censo y nos recibió el dueño de casa, quién se presentó como Donaciano Domínguez. Un hombre de unos 50 años; en ese momento estaba cortando yuyos alrededor del puesto
Le  expliqué  a lo que íbamos, y nos hizo pasar muy amablemente. Todo era muy humilde, y a decir verdad, bastante sucio. Mandó a los chicos afuera y de una pieza apareció una mujer muy joven, pensé que se trataría de algún familiar, pero el nos la presentó como su  señora.
Le pregunté  como se formaba su  familia y me contestó que tenía la señora y cuatro hijos.  Para responder a los datos que le pedía noté  que consultaba un cuaderno. Aquello me pareció muy raro, entonces le pedí los documentos. Otra cosa que me llamó la atención fue la gran diferencia de edad que  ha simple vista se notaba entre él y su esposa,
Al pedirle nuevamente los documentos, me contestó que ninguno de sus hijos habían sido anotados, su esposa tampoco. A pesar de ello, lo mismo los censé. El tenía 50  años, su esposa 22  y sus hijos, 6, 4, 3 y 1 año y la mujer estaba embarazada. Terminado el Censo le pregunté si el me autorizaba a regularizar a su familia, le aclaré que yo me ocuparía de hacer  todos los trámites. De está manera, le dije
_ Ustedes no pueden seguir viviendo como si no existieran. 
Me lo agradeció y me manifestó que en alguna ocasión lo quiso hacer, pero había  tenía miedo.
Nos despedimos y en el camino, comentando  con mi compañero la situación, no pudiendo creer que en esos tiempos sucedieran ese tipo de cosas.
Al día siguiente fui a Canals a hablar con el Jefe del Registro Civil, quién me contestó que en ese momento estaba  viajando a Córdoba, pero que ese asunto era solucionable y a su regreso lo hablaríamos.
Así fue que a  su regreso me explicó todo los trámites a efectuar:
En primer lugar tendríamos que anotar a la mujer con la fecha  de nacimiento que ella tenía, luego anotar a sus hijos como naturales, después casar a la pareja y finalmente, que el reconociera a los hijos como propios.
Hablé de nuevo con el Sr. Domínguez para trasmitirle el proceso, quién aceptó todo de buen grado. A continuación le pregunté si él y su esposa no se casarían por Iglesia y bautizarían a sus hijos. (Esto  yo ya lo había hablado con el cura de Canals, que era  muy amigo mío, quién me dijo que no había ninguna dificultad y que los casaría y los bautizaría a todos  en la casa ) Ella era nacida en Canals y en los libros de la Parroquia de Canals  no figuraba como bautizada. Sus padres habían muerto y un hermano, que pudimos localizar, nos comentó que ella se juntó con Domínguez  cuando tenía  15 años y estaba embarazada
Lo único que tenía  que hacer Don Domínguez era buscar algunos amigos como padrinos,  le  dije  que no importaba si dos chicos tuvieran los mismos padrinos.
Resumiendo, on el Cura, el Jefe del Registro  Civil y el Sr Domínguez quedamos que todo se realizaría  el domingo 17 de julio a las 5 de la tarde en la Casa del señor  Domínguez.
Llegó el día, previa indicación al cura y al jefe del registro civil como llegar, se efectuaron todas las ceremonias
Cuando me encontré algunos días después con el cura me comentó que aquel acontecimiento le había parecido una pequeña Misión de  Campaña y luego, el Jefe del Registro Civil me dijo que sería un recuerdo para toda su vida.
Quiero aclarar que esto no pasó en el impenetrable del Chaco, sino en pleno corazón de  la Provincia de  Córdoba. Ahora yo me pregunto ¿cuantos Domínguez habrá en nuestro gran país?
Tantos años vividos entre esa  gente humilde, trabajando a pesar de  las inclemencias del tiempo,  la lluvia que les empapaba sus espaldas  y el sol implacable en los corrales llenos de barro, sobre tractores sin cabinas para guarecerse, desde donde diariamente veían cada mañana salir el sol,  y atardeceres desapareciendo en el horizonte; o viviendo en casillas en el medio del campo,  sin ningún tipo de calefacción. Hoy a tantos años de mi vida entre esa gente , que muchas veces no se  sé sentían acompañados ni  en  las buena y en las malas, sino simplemente ignorados, tengo grabados en mi mente tantos de esos momentos , que agradezco  a Dios, el poder haber sido el vínculo en grados superiores en el ámbito laboral, sin importarme esa circunstancia y poder acompañarlos, comprenderlos y tratarlos con el mismo  cariño  que heredé  de la teta de mi madre  y la humildad del hogar donde había nacido, Fueron para mi siempre considerados hermanos , no simples personas que el destino había puesto  un grado más bajo del escalón de mi vida . Si las circunstancias me obligaban a tomar alguna decisión ingrata, lo hacía con toda serenidad y de manera que comprendieran su error, recalcando sobretodo  sus virtudes.

Siempre tuve presente que los seres humanos podemos resultar buenos para unos y  malos para otros, y mientras no demuestre sus malas intenciones el trato humanitario le hace comprender su error.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Un Censo – El vasco Don Manuel Artiroquechea



VALERIO TOBALDO
Mis anécdotas

Un Censo – El vasco Don Manuel Artiroquechea

En las materas de las Estancias se escuchaban anécdotas y mentiras de todo calibre, algunas de lo más disparatado que uno podía suponer.
Un Sábado por la tarde, en una  de esas mateadas uno de los peones, de apellido Garay, que pertenecía al grupo de los llamados peones generales (los que no tenían un trabajo específico pero comían y dormían en la estancia), un provinciano, puntano, originario, según él, del pueblo de Tilisarao, tenido por mentiroso en el grupo, y que  tenía un tío que era maestro de  escuela en el mencionado lugar, contaba que, en un campito muy cercano a su pueblo, vivían en una chacrita dos vascos, uno era el dueño y el otro el peón. Allí tenía algunas vaquitas, cerdos, ovejas, gallinas. Hacía años que no salía de  su chacra, pues todo lo dejaba en manos del peón. Al vasco se le dio por pensar que era muy rico ya que tenía una cantidad  de animales que se había multiplicado en los  largos años de  su vida. Su nombre era Manuel Artiroquechea y el de su peón Juan Urriolabeitía,
Vivian con la venta de lo que le producía el campito: pollos, huevos, algún que otro lechón, cordero, novillito; Digamos que hambre no pasaban.
La historia de Garay era que en ocasión de un Censo Nacional,  le tocó a su tío, el maestro de escuela de Tilisarao,  hacer el censo  en la zona de la chacra del vasco. Llegó el maestro al campo del vasco, a quién no conocía, pero sabía que el hombre se consideraba rico. Se  presentó y l e explicó a que iba.
El vasco lo hizo pasar, y sin más preámbulos el censista le  pegunto si  tenía animales.
_ Algunos _ le contestó el vasco
Luego el maestro le preguntó  por su nombre.
_ Manuel Artiroquechea_ le respondió el hombre
A continuación le preguntó por su nacionalidad.
_ Vasco_ le dijo y aclaró _  nacido en Victoria, en el País vasco de  España.
¿Edad? le solicitó el maestro
_ 982 años_ respondió sin dilación.
El maestro  lo miró y le preguntó de nuevo, a lo que el vasco repitió la misma cifra,  982 años. Aunque un poco extrañado continuó con las preguntas:
¿Vacunos?
 _ 10,107 _ le respondió el vasco con seguridad, y luego agregó _ si no parió la mocha anoche
¿Caballos?
 _ 1708  _ respondió con la misma certeza y aclaró _ si no ha parido anoche alguna yegua
¿Gallinas?
_ 3.450 _ respondió seguro y prosiguió _  descontando la que comimos anoche.
¿Cerdos?
_  2.100 _ contestó  el vasco y aclaró _ descontando un padrillo que vendí ayer.
El maestro le preguntó entonces,  si tenía algo más que agregar, a lo que el vasco respondió.
 _ Si  señor,  las 7.000 hectáreas de la estancia.
El censista se despidió y al salir de la casa  se encontró con el peón y le preguntó
_ ¿Tu patrón  está loco?
 _ ¿Por qué?_  Quiso saber el peón.
_ Porque me dijo  que tiene 982 años.

_No crea que está muy equivocado _ dijo, y luego haciendo cálculos rápidos, le aclaró _ Mire usted, yo comencé a trabajar con él hace 391 años y  ya era una persona bastante  vieja.